¿Por qué septiembre es el mes de la Biblia?
Uno de los principales regalos de la reforma del siglo XVI, fue la traducción de las Sagradas Escrituras al lenguaje vernáculo (o del pueblo). Esto se hizo realidad en el español el 28 de septiembre de 1569, gracias al monumental trabajo (traduciendo del hebreo, arameo, y griego al castellano) del exmonje Casiodoro de la Reina. La traducción duró 12 años de arduos trabajos, mientras Casiodoro escapa de las persecuciones de la Inquisición española y finalmente publicada en Suiza, donde estaba fuera de los alcances de esta. Como nota curiosa, a esta Biblia se le conoce como la Biblia del Oso, porque tenía un oso comiendo miel en la portada.
En conmemoración de tan especial ocasión, se ha vuelto tradición el tomar el mes de septiembre para profundizar más nuestro conocimiento de la Biblia y adentrarnos con más ánimo al camino de vida que nos propone, mientras agradecemos el trabajo y vida aquellos que nos han precedido.
Estudios Bíblicos
Siempre es un buen momento para fomentar los estudios bíblicos en nuestras comunidades de fe, pero de modo especial en este mes. La celebración del mes de la biblia ofrece el impulso perfecto para invitar a las personas a comenzar, reimpulsar, o profundizar en su estudio de las Sagradas Escrituras.
Es también un buen momento para tener momentos de formaciones para adultos sobre la Biblia y enseñar elementos básicos de las Escrituras, géneros literarios que esta contiene, períodos históricos, o inclusive cómo buscar una cita bíblica.
Liturgia y Devoción
Asimismo, esta celebración puede colorear nuestra liturgia durante el mes. Es una buena oportunidad para tener devocionales que hablen sobre el papel que la Biblia ocupa en nuestras vidas o para tener un acercamiento a un tema específico en la Biblia o un personaje en particular. También es una oportunidad ideal para aprender nuevos himnos y repetir otros cuyas letras estén relacionadas con las Sagradas Escrituras.
Trae tu Biblia a la iglesia
Una comunidad de fe en la que viví en el pasado tenía un encuentro con sus miembros que incluía la invitación a traer tu Biblia personal a la iglesia el domingo. Las lecturas serían leídas no desde el boletín, sino desde la Biblia de las personas, y luego, durante la hora de la convivencia, las personas eran invitadas a compartir con las demás su relación con su propia Biblia. El saber quién les había regalado la Biblia, cómo había llegado a sus familias, y las diferentes conexiones emocionales con ella ofrecía una oportunidad especial para conocer más profundamente a los diferentes miembros de la comunidad. Esta actividad es también muy oportuna para conocer a personas recién llegadas a la comunidad cristiana.
Noche de trivia bíblica y otros juegos
Otra actividad que se puede ofrecer en este mes es una noche de trivia bíblica. Se trata de reunirnos una noche, crear vario equipos y, en un ambiente competitivo pero jovial, responder varias preguntas sobre las Sagradas Escrituras. El grupo que responda correctamente gana puntos y tiene la oportunidad de responder primero en la próxima pregunta. Esta actividad lúdica es muy conducente para el compartir de conocimientos y para que unos aprendan de otros.
Retos en las redes sociales
Otra buena oportunidad es el compartir en las redes sociales. Miembros de la comunidad cristiana pueden retar en Facebook o Instagram a otros miembros de la comunidad o familiares a compartir su cita bíblica preferida y la razón por las que les gusta tanto. Asimismo, se puede invitar a las personas a compartir sus himnos preferidos con relación a la Biblia, o una reflexión que hayan encontrados en las propias redes sociales.
¡Mucho más!
Esta no es una lista exhaustiva de las actividades que puedes realizar. La mejor actividad que puedes tener para celebrar el mes de la Biblia es aquella que encaje mejor con el estilo y el carisma de tu comunidad cristiana. Ya sea que escojas una de las que hemos ofrecido aquí u otra que funcione mejor para ti, lo importante es que esta celebración traiga una oportunidad para que tu comunidad de fe celebre el gran don de tener la Palabra de Dios disponible en nuestro propio idioma.