El siguiente artículo está escrito desde la perspectiva de una de nuestras congregaciones en la Provincia IX. Le exhortamos a estudiar su propio contexto social y a discernir cuáles son las mejores formas de acuerdo al mismo para recaudar fondos en sus congregaciones.
La mayordomía es más que dinero
Quiero iniciar este recurso, reafirmando que Dios es el dueño de nuestro existir y todos y todas somos sus mayordomos, por ende, debemos dar fiel testimonio en la buena administración de nuestros recursos para el sostenimiento del evangelio en nuestras comunidades.
Muchas de nuestras parroquias son comunidades humildes que tienen muchas ganas de asistir los domingos, pero en las cuales, a causa de una historia de tendencias asistencialistas, falta a veces un sentido de pertenencia y de compromiso con las cosas de Dios. Es por ello por lo que se debe comenzar por invitar a nuestras comunidades a redescubrir el ministerio de la mayordomía al que todos y todas estamos llamados. Para este fin se puede desarrollar un taller o retiro que muestre la importancia de aprender a cuidar el templo, de qué forma deberíamos aportar no solo en dinero, sino con nuestro tiempo, con nuestros talentos y el tesoro mediante los dones que Dios nos regala a cada uno.
Lo principal en este esfuerzo es intentar que las personas entren en un nuevo tipo de relación con nuestras congregaciones. Se trata de desmontar una mentalidad asistencialista en la que “la iglesia da” y fomentar una mentalidad constructiva y participativa en la que “todos hacemos la iglesia”. El resultado es que las personas tienen más sentido de pertenencia al templo, aman venir y disfrutar un momento de encuentro con Dios en un lugar agradable y bonito; y aunque muchas veces siguen las vicisitudes para pagar los compromisos económicos, las personas se sienten ahora con mayor motivación y entusiasmo.
¿Qué actividades podemos desarrollar?
Concretamente, hay actividades que muchas comunidades realizan y que pueden ser de ayuda para recaudar fondos que cubran renovaciones o proyectos pastorales de la parroquia. Por ejemplo,
La rifa relámpago: Es aquella que se realiza después del servicio, con todos los miembros de la feligresía que quieran participar voluntariamente, se compra por ejemplo un pollo o cualquier artículo que se tenga al instante y se le entrega una boleta a cada miembro por un valor estipulado, se hacen números del 1 al 100 se le entregan a los que quieran participar y luego se hacen 100 número más, los cuales se colocan en una bolsa y cualquier miembro de la congregación, mete la mano para sacar el número y al que lo tenga ese se gana el premio al instante.
Rifa normal: Otra modalidad es la rifa en la que se tiene uno o dos artículos, (por ejemplo: licuadora, vajilla, etc.) se compra un talonario de boletas o se hacen los números en una hoja y se le distribuye a cada miembro de la iglesia que quiera voluntariamente colaborar, se programa un día para que juegue con la lotería y al que tenga el número del premio mayor, se gana los artículos.
Los Bingos: Este es un evento más grande, donde se comparte, hay diversión y se gana. Estas actividades las organiza la junta congregacional de la parroquia. En primera instancia se presentan unas cartas a diferentes entidades para que nos donen los premios, o la misma comunidad los aporta para la actividad. Luego se estipula un día para jugar, se diseñan las boletas y se le asigna un valor a cada una, detallando que es una actividad para recaudar fondos. Mientras tanto, algunos miembros de la comunidad se comprometen a donar comidas para vender, gaseosas, entre otras cosas. El día que llega la actividad, todo se organiza como si fuera un bazar: se colocan las mesas con los diferentes detalles que hemos adquirido, se les brinda a los participantes sus respectivas sillas y mesas para jugar, se le entregan los cartones de la lotería a todos los que van a participar, se venden las comidas, y se convierte en un momento agradable, de compañerismo, compartir fraterno y a la vez obtenemos ganancias.
Asimismo, le sugerimos este evento virtual sobre Finanzas y Mayordomía, junto con muchos otros recursos que están a su disposición.
Mayordomía de nuestro tiempo al servicio de la comunidad
Para mayor fortalecimiento de la congregación en el diezmar su tiempo, se puede crear un comité de apoyo ministerial en el campo de la mayordomía desde la espiritualidad. Así se pueden desarrollar grupos de apoyo pastoral conformados por laicas y laicos comprometidos en el ministerio, que se encargan de visitar a los enfermos y llevarles el alimento espiritual a sus casas. Todo esto -claro está- con el previo entrenamiento a aquellas personas que están dispuestas a servir de esta forma.
Teología de abundancia
Es importante ofrecer a nuestras comunidades una teología de abundancia, en la que el Dios que tanto nos ha bendecido, continuará extendiendo su misericordia, al mismo tiempo que nosotros compartimos esas bendiciones con otras personas.
Un ejemplo de actividad que se puede realizar es un mercado comunitario dominical, donde se concientiza que aun desde nuestra pobreza o limitaciones (materiales) si todos y todas aportamos algo todos los domingos en nuestros encuentros (arroz, lentejas, productos no perecederos, etc.), podemos ayudar a aquellos que lo necesitan más. Una vez que la canasta comunitaria está lista, se le entrega ese mercado a alguna familia que tenga la necesidad. Todo esto se da con la generosidad de la feligresía en general, ayudando a los más necesitados, mostrando así un gesto humanitario y dando testimonio de lo que realmente Dios anhela de cada una de nosotras y nosotros, que ayudemos a nuestro prójimo, sin esperar nada a cambio, solamente con la satisfacción de hacer tareas humanitarias por el bien de los demás
Al final, es necesario resaltar que, en nuestra iglesia, la mayordomía es de tiempo, tesoro y talento, por tanto, todos y todas de una u otra manera podemos y debemos diezmar al Señor.
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